¿Qué es la calidad del software?

Seguro que en más de una ocasión has escuchado hablar sobre la calidad del software, pero, aunque puedes hacerte a la idea de a qué hace referencia, lo más seguro es que no termines de tener claro qué es y porqué se usa ese término.

¿Qué es calidad del software?

Podemos definir calidad del software como la capacidad del producto a la hora de satisfacer las necesidades del cliente. Es decir, es de calidad cuando el programa es capaz de cumplir con los requisitos exigidos. 

A la hora de cumplir los requisitos tenemos que fijarnos en varios aspectos para certificar que realmente es de calidad. Entre otras cosas tenemos que fijarnos en la confiabilidad, funcionalidad, eficiencia, mantenibilidad, usabilidad o portabilidad entre otros aspectos. 

Un software de calidad no solo es aquel que no tiene fallos y errores, sino que también es capaz de evolucionar y adaptarse a los cambios que el cliente necesita. Cuando un programa se adapta a las necesidades, entonces se puede afirmar que realmente es de calidad.

¿Por qué la calidad del software es importante?

La calidad del software es crucial en el desarrollo de aplicaciones y sistemas, ya que impacta directamente en la satisfacción del cliente y la competitividad en el mercado. Un software de alta calidad mejora la experiencia del usuario, aumentando la lealtad hacia la marca. Invertir en calidad desde las fases iniciales del desarrollo reduce significativamente los costos a largo plazo, ya que corregir defectos en etapas posteriores es más costoso. 

La reputación de la empresa también se ve afectada; productos de baja calidad pueden generar críticas negativas que dañan la imagen de la marca. Finalmente, en un mercado saturado, ofrecer software confiable y funcional puede ser un factor decisivo para diferenciarse de la competencia.

¿Qué hay que analizar en la calidad del software?

De la mano de Inlogiq vamos a mostrarte los atributos que debe tener la calidad del software para poder obtener una buena valoración. 

  • Funcionalidad: es la capacidad del software para realizar las tareas y satisfacer los requisitos establecidos. Incluye aspectos como la precisión de los resultados y la adecuación de las funciones ofrecidas. Para evaluar la funcionalidad, se consideran criterios como la completitud, la corrección y la idoneidad del software frente a las necesidades del usuario.
  • Usabilidad: está ligado a lo fácil que es para los usuarios interactuar con el software. Un software usable debe ser intuitivo, accesible y ofrecer una experiencia de usuario satisfactoria. Las pruebas de usabilidad incluyen la evaluación de la interfaz de usuario, la facilidad de navegación y la disponibilidad de documentación adecuada.
  • Confiabilidad: se centra en la capacidad del software para operar sin fallos en condiciones específicas durante un periodo determinado. La confiabilidad implica que el software debe poder manejar errores y recuperarse de fallos, lo que se mide a través de métricas como la tasa de fallos y el tiempo medio entre fallos.
  • Eficiencia: es el uso óptimo de los recursos del sistema. La eficiencia incluye factores como el tiempo de respuesta del software, el consumo de memoria y la carga en los recursos del sistema. Un software eficiente debe proporcionar resultados rápidos sin comprometer el rendimiento general.
  • Portabilidad: es la capacidad del software para funcionar en diferentes entornos y plataformas. Un software portátil puede trasladarse fácilmente de un sistema a otro, lo que es esencial en un contexto tecnológico en constante evolución.
  • Mantenibilidad: es la facilidad con la que se puede modificar el software para corregir errores, mejorar su rendimiento o adaptarlo a nuevos entornos. Un software mantenible se caracteriza por una buena documentación y un diseño modular que facilita la implementación de cambios.

¿Cómo se consigue la calidad del software?

Garantizar que la calidad del software es la adecuada siempre va ligado a los profesionales que desarrollan y analizan el programa. Entre otros profesionales podemos encontrar a los ingenieros y programadores. 

Es importante dejar claro que no es una certificación impuesta, sino que es un proceso que va ligado a varias actividades que garantizan esa calidad.

Siempre se debe realizar una aplicación de metodologías de ingeniería a través del cual conseguir el diseño de calidad que se está buscando.

Luego se realizan las revisiones técnicas formales para asegurar que todo está bien. Y tras esas revisiones es el momento de realizar diferentes pruebas.

Tras las pruebas siempre se suelen realizar ajustes de estándares de la organización para garantizar que todo va a funcionar mejor y luego se hace un control de cambios. En el apartado de mantenimiento se pueden realizar modificaciones para conseguir que el programa se actualice a las necesidades.

Finalmente se opta por realizar las mediciones de los datos obtenidos y la presentación del registro e informes. 

De manera resumida, todo el control busca certificar que el software tiene un buen rendimiento y no va a dar problemas al usuario o empresa a la hora de ejecutarlo y usarlo. De igual manera, las actualizaciones son muy importantes a la hora de sacarle el máximo partido. 

¿Cómo se consigue mantener la calidad del software?

Un programa no solo debe ser de calidad en el momento de ser lanzado al mercado, sino a lo largo del tiempo para que el usuario pueda disfrutarlo durante mucho tiempo.

Para conseguirlo, la empresa desarrolladora no solo debe asegurarse de cumplir con los requisitos mínimos de calidad, también debe lanzar actualizaciones. Con esas actualizaciones siempre se debe buscar que el programa se adapte a las necesidades de cada momento y así sacarle el máximo partido en todo momento.

El éxito siempre está asegurado si el mantenimiento es el adecuado. Ese mantenimiento solo se puede conseguir a través de las pruebas continuas y con la ayuda de un buen equipo de trabajo. Si el programa se abandona a su suerte, entonces la calidad del software se quedará por el camino.