Faltas graves en el trabajo, ¿qué son y qué consecuencias tienen?

Todos los trabajadores tienen sus derechos y obligaciones y entre estas últimas se encuentran ciertas responsabilidades directamente relacionadas con el desempeño de su trabajo. Es por este motivo que todos los individuos deben medir su conducta y tratar de respetar las normas de la empresa para la que trabajan, pero, además, deben asegurarse de que su comportamiento es el correcto. 

Aunque existen ciertas ocasiones y circunstancias que nos obligan a actuar de forma distinta a la estipulada, también es cierto que algunos trabajadores pecan de ser indisciplinados y que ciertas acciones voluntarias pueden no solo perjudicarlos a ellos, sino también al resto de compañeros de la propia empresa y al negocio en sí. En este caso hablamos de lo que se conoce como faltas graves en el trabajo.

Si has oído hablar de este término pero no tienes muy claro qué es una falta grave en el trabajo o si es posible despedir a un trabajador por una falta grave; a continuación, hemos recopilado algunas de las cuestiones más típicas para que puedas utilizar este artículo como una pequeña guía y comprendas qué se considera una falta grave en el trabajo y cuáles son sus consecuencias.

¿Qué es una falta grave en el trabajo?

Se entiende como una falta grave en el trabajo cualquier tipo de infracción laboral que un trabajador haya realizado y que vaya en contra de la normativa que estipula la empresa respecto al comportamiento de los empleados. Hablamos, pues, de ciertas actitudes y comportamientos que pueden terminar por incumplir las reglas básicas de convivencia contractual. Por tanto, pueden desencadenar en una sanción hasta el punto de que, en función de la gravedad de dicha falta, el trabajador puede incluso ser despedido de su puesto de trabajo.

Aunque, como ya hemos mencionado, cada empresa cuenta con unos protocolos y unas normas, sí que es cierto que existe un consenso general y cierta etiqueta que debe de entenderse como básica en todos los trabajos. Hacemos referencia, por ejemplo, a comportamientos como el absentismo laboral, los retrasos, al bullying, la agresión sexual, etcétera, que pueden desencadenar problemas graves para otros compañeros de trabajo y para la empresa.

Por este motivo, la empresa cuenta con el derecho de tomar las medidas que considere oportunas para amonestar al individuo que haya cometido este tipo de falta grave. Si quieres entender cuáles son las características generales de una falta grave en el trabajo, tienes que atender a que, por lo general, suelen estar relacionadas con alguno de los siguientes puntos que mencionamos a continuación:

  • Se entiende como una actividad voluntaria y, generalmente, repetitiva, por lo que hablamos de una actitud que el trabajador repite en el tiempo de forma consciente y sin ninguna justificación aparente.
  • En algunas ocasiones, puede relacionarse este tipo de malas actitudes con una falta de estabilidad mental e incluso con el consumo de ciertos estupefacientes.
  • Como hemos dicho, las faltas graves en el trabajo no cuentan con ningún tipo de justificación y, por lo tanto, no pueden considerarse válidas para eximir al trabajador de culpa.
  • Estas malas prácticas o actitudes pueden terminar por ensuciar la imagen de la marca y a la compañía, así como al rendimiento del resto de los empleados.
  • Las faltas graves que cometen los trabajos rompen con las normas establecidas dentro de la empresa y siempre perjudican los intereses del negocio. 

Cuándo prescriben las faltas graves en el trabajo

Una vez comprendido el significado de una falta grave en el área laboral, es interesante comprender los motivos que llevan a clasificar en tres niveles de gravedad dichas faltas. Otra de las cuestiones importantes que hay que valorar es el plazo de prescripción que existe para sancionar a este trabajador por las faltas leves, graves o muy graves que haya podido cometer a ojos de la ley.

Como bien hemos mencionado, existen tres tipos de faltas: las leves, las graves y las muy graves. Así que, en función a la gravedad del asunto, cada una de estas puede prescribir a mayor o menor fecha. Si hablamos de las faltas leves, hay que mencionar que estas prescriben a los diez días tras la infracción; las graves, veinte días después de la comunicación de la sanción; y las muy graves, a los sesenta días a partir de la fecha en la que la empresa tiene conocimiento de dicha comisión y a los seis meses de haberse cometido.

Esto quiere decir que, para las faltas graves, debe de pasar un periodo de más de 60 días desde el momento en el que la empresa descubre dicha falta grave para considerar que esta puede haber superado la etapa en la que es posible llevar a cabo cualquier tipo de acción legal; pues entonces pasará a prescribir.

Aun así; es importante tener en cuenta ciertas circunstancias, ya que, como hemos mencionado, si estas faltas laborales tienen un carácter continuo, entonces las infracciones conformarán una pluralidad de acciones que correspondan a la conducta prolongada en el tiempo de este trabajador y, por tanto, podrán tomarse como una falta doble grave y cada una se trabajará desde una perspectiva distinta.

En el caso de que te encuentres con dudas respecto a este tema y quieras conocer en detalle cómo funcionan las faltas graves en el trabajo, te recomendamos encarecidamente que acudas a un bufete de abogados profesional. 

Nuestra sugerencia es que trabajes con AbogadosDuranpues ellos pueden ofrecerte todo tipo de asesoría legal relacionada con el ámbito laboral y serán capaces de resolver todas tus dudas sobre las faltas graves en el trabajo y de llevar tu caso; en el supuesto de que te encuentres involucrado en alguna falta grave. 

Despido por falta grave en el trabajo: ¿Es posible?

Si estás leyendo este artículo es porque, seguramente, hayas oído que es posible despedir a un trabajador por una falta grave; y esto es cierto. En este caso, hablaríamos de un despido disciplinario y, como consecuencia, de un despido procedente. Pues, como sabes, este corresponde a una falta grave si así se estipula en las normas de dicha empresa.

A la hora de hablar de un despido improcedente es posible que el trabajador tome ciertas medidas legales contra la empresa; pero, por contra, cuando hablamos del despido disciplinario por falta grave, tenemos que entender que esto se considera como despido procedente, pues existe una gravedad trascendental de la acción que ha llevado a esta consecuencia.

Algunas de las características de este despido por falta grave en el trabajo es que ni siquiera se contempla la opción de avisar al empleado. Pues, en muchos entornos, el despido puede ser incluso inmediato. Hay que tener en cuenta que nos encontramos ante situaciones de carácter bastante grave y que, como hemos comentado, afectan tanto al trabajador como al resto de la plantilla y a los propios empresarios, por lo que la empresa está en todo su derecho de tomar dichas medidas.

Este despido se considera como un despido procedente, puesto que en todo momento se puede demostrar la causa alegada por el empresario, y esta no solo se ajusta a las propias normas de la empresa, sino que, en muchas ocasiones, también se ajusta a la ley que regula el trabajo. Así pues, la empresa tiene un respaldo legal que la protege frente a este comportamiento del trabajador.

Con todo esto claro, también es cierto que se puede dar el caso de que una empresa trate como falta grave un tipo de mala conducta por parte del trabajador que no llegue hasta ese punto; en cuyo caso sí que podríamos hablar de un despido disciplinario improcedente. Una situación de este estilo podría darse, por ejemplo, cuando un empleado se retrasa varios días seguidos menos de media hora, ya que en este supuesto vemos que esto no se ajusta a la norma que establece que esto es una falta grave.

Así también, son muchas las personas que se plantean si, al considerarse una falta grave laboral un motivo de despido disciplinario, el trabajador sigue tiene derecho a la indemnización. La respuesta es que este sigue siendo obligatorio, así como el finiquito, pues ambos son un derecho del trabajador. Para ello, a este le corresponderá la paga de treinta y tres días de salario por año trabajado, como sucede con cualquier otro tipo de despido.

Ejemplos de faltas muy graves en el trabajo

Finalmente, lo último de lo que nos queda hablar son los ejemplos que pueden considerarse faltas muy graves en el trabajo, ya que, como hemos ido adelantando, suele tratarse de comportamientos bastante indisciplinados y que perjudican directamente a la empresa completa.

De esta forma, los tipos de faltas en el trabajo que existen son todos los que mencionamos a continuación:

  • Absentismo laboral. Empezamos por una de las situaciones más comunes, y es la de no acudir al trabajo sin ningún tipo de justificación ni motivo. Aunque existen tres grados de gravedad, el último es el que se da cuando un trabajador falta a su empresa cinco o más veces en un mismo mes sin presentar ningún tipo de justificación a sus superiores. 
  • Incumplir el horario laboral. Uno de los casos más habituales es el de que el trabajador llegué tarde. Aunque esto puede suceder algunas ocasiones, el problema subyace cuando esta tardanza empieza a tener un carácter continuado, pues en este caso hay que saber que la puntualidad es un deber que se exige a todos los trabajadores dentro de la relación contractual con la empresa. La sanción muy grave podrá aplicarse cuando el trabajador haya llegado tarde hasta 10 veces en 6 meses.
  • Seguimiento de un accidente o de una enfermedad. Huelga decir que este otro caso es bastante grave, ya que se trata de engañar al médico para que este te otorgue un justificante con el que puedas engañar también a la empresa, y todo para librarte de acudir a trabajar. En el supuesto de que esto pueda suceder y de que se destape la verdad, la sanción se considerará muy grave y, por tanto, podría despedirse al empleado al instante.
  • Abuso de autoridad. Otro caso que sin duda puede terminar en despido procedente e inmediato es el de desempeñar funciones de mando cuando no cuentas con la autoridad correspondiente. Esto puede derivar directamente de razones étnicas, de religión, de orientación sexual, de edad, de discapacidad, etcétera.
  • Acoso sexual. Otra de las faltas más graves que un trabajador puede cometer es el de atentar contra la dignidad de cualquier persona en el ámbito sexual, pues en el caso de que algún trabajador muestre esta conducta denigrante se considerará un motivo más que suficiente para proceder a su despido.
  • Embriaguez. Acudir al puesto de trabajo mostrando cualquier tipo de signo que delate una drogodependencia o un estado de embriaguez se considerará una falta grave o muy grave, en función a si esta embriaguez afecta directamente o no al trabajo o si se considera habitual o esporádica. Si se da el caso de que esta acción es continuada pero no perjudica a la empresa, lo lógico será tratar de hablar con el empleado para que este busque ayuda profesional; mientras que, si el empleado causa algún tipo de problema o supone un riesgo laboral, en ese caso sí que podrá procederse a su despido
  • Presentismo laboral. Al igual que sucede con el absentismo laboral, hay muchas ocasiones en las que los empleados sí que acuden al trabajo pero no se dedican a trabajar. Esto puede ser, por ejemplo, cuando los empleados pasan más tiempo fuera de su silla que frente al ordenador, cuando se dedican a tratar asuntos personales por teléfono durante las horas de trabajo, cuando se quedan dormidos, etcétera. Es decir, cualquier caso en el que su rendimiento laboral se ve afectado. 
  • Robo hurto a la empresa. Finalmente, otra de las causas que puede derivar en el despido procedente de un empleado tras una falta grave es cuando uno de los trabajadores comete cualquier tipo de robo o hurto a la empresa; en especial cuando hablamos del robo de una cartera de clientes. En esta situación, además, ya no solo hablaremos de un delito, sino de dos, pues también puede considerarse esta práctica como competencia desleal a la empresa y, por tanto, acarreará sus propias consecuencias.